lunes, 9 de marzo de 2009


Mein tagebuch: 29/04/1945

Yo, el Fuhrer alemán, me encuentro en Berlín, un día como esté, 29 de abril de 1945 a las 15:00 pm. Algunos de mis dirigentes nazis están abandonando Berlín, otros se están suicidando inútilmente, ya que tienen la absurda idea de que la Alemania nazi está derrotada frente a otras potencias inferiores, como la URSS o EE.UU. Yo estoy seguro de que “mi Alemania” puede todavía ganar la guerra, con lo cual, he decidido pasar hasta mis últimos momentos aquí, en el bunker, junto a mis subordinados nazis y a mi bella esposa Eva Braun.

Mi historia es larga de contar. Hubieron muchas causas, situaciones, conclusiones, etc; que me han llevado hasta este punto, esta situación, ¡qué es que la verdad parecemos unas ratas escondidas en nuestra madriguera!¡no hay derecho, pero juro por mi honor, que cuando salga de aquí, arrasare con todos esos infelices que no se merecen piedad!. En fin, mi historia empieza así...

Yo cuando era joven, fui soldado alemán y participe en la Primera Guerra Mundial, de la cual Alemania salió como potencia derrotada al firmar el armisticio por no tener otro camino. Este armisticio se firmó en 1918 y al año siguiente, firmó un tratado de paz, el Tratado de Versalles, en el cual se le echa toda la culpa de la guerra a Alemania, con lo cual, tuvo que pagar indemnizaciones cuantiosas por los daños producidos durante la guerra, perdió territorios y colonias, su ejército se limito, le obligaron a desmilitarizar la orilla izquierda del Rin y tuvo que ceder la región de Sarre a los franceses por quince años. ¡Es una vergüenza!, ¿cómo una potencia tan grandiosa como la alemana, pudo salir derrotada de la estúpida guerra? no me lo explico. Bueno, en este mismo año, decidí unirme al Partido Obrero Alemán que más tarde paso a llamarse Partido Nacionalsocialista Alemán de Trabajo, con el fin de poder avanzar en el ámbito político y en un futuro, poder hacer algo con este país.

Después de la guerra, el II Reich de Guillermo II desapareció ¡por suerte!, gracias a ese inútil estratega, en gran parte, Alemania y el pueblo alemán le deben la derrota en la guerra. Se formó un nuevo gobierno democrático, llamado la República de Weimar, presidido por Hindenburg, otro bueno para nada, que no hizo otra cosa que estorbarme el camino hacia el poder. Esto lo digo porque, aparte de ser cierto, en el año 1923, di y protagonicé un golpe de estado contra el gobierno alemán, me proclame canciller y el malnacido de su presidente y gobierno me mandaron junto a mis seguidores, en este golpe, a la cárcel. Me sentenciaron a 5 años de cárcel, pero realmente cumplí solo 1. Aunque la mera verdad, no todo fue tan mal como lo describí anteriormente, gracias a que protagonicé ese Putch de Múnich y me encerraron por ello, tuve tiempo suficiente como para escribir un libro, el cual titule Mein Kampf. En él recogí todo lo que es mi pensamiento e ideología, en él se sienta la base de lo que en un futuro, no muy lejano, fue y es la ideología del partido nazi y la de mi dictadura. Mucho de lo que escribí en ese libro, tiene que ver con la antidemocracia, la existencia de un partido único, en este caso el nazi, el anticomunismo o mi idea de un ultranacionalismo feroz y expansionista. Un punto, quizás el más importante para mí, es el odio que tengo hacia las razas inferiores, especialmente hacia los judíos, aunque no me olvido de “mis amigos” los gitanos claro. En esa parte o punto del libro, se describe perfectamente lo que pienso sobre la existencia de unos descendientes de la primera raza aria que existió en Europa, en este caso seriamos nosotros, los alemanes blancos, descartando a todo judío o raza inferior ¡qué no se merece estar en este mundo!